SINTAXIS DE
LA IMAGEN
El arte, y el significado del arte, la forma y la función del
componente visual de la que se haya producido una modificación correspondiente
en la estética del arte. Mientras el carácter de las artes visuales y sus
relaciones con la sociedad y la educación se han alterado espectacularmente, la
estética del arte ha permanecido fija, anclándose anacrónicamente en la idea de
que la influencia fundamental para la comprensión y la conformación de
cualquier nivel del mensaje visual debe basarse en inspiraciones no
interpretaciones subjetivas, esta consideración por sí sola haría de la
inteligencia visual algo así como un árbol que cayera sin ruido en un bosque
vacío.
La expresión visual son muchas cosas, en muchas circunstancias y
para muchas personas. Es el producto de una inteligencia humana altamente
compleja que desgraciadamente conocemos muy mal. Este libro, para inaugurar un
conocimiento más amplio de algunas características esenciales de esa
inteligencia, se propone examinar los elementos visuales básicos, las
estrategias y opciones de las técnicas visuales, las implicaciones
psicológicas.
¿Cuánto vemos?
Esta sencilla pregunta abarca todo un amplio espectro de procesos,
actividades, funciones y actitudes. La lista es larga: percibir, comprender, contemplar,
observar, descubrir, reconocer, visualizar, examinar, leer, mirar. Las
connotaciones son multilaterales: desde la identificación de objetos simples
hasta el uso de símbolos y lenguaje para conceptualizar, desde el pensamiento
inductivo al deductivo. El número de preguntas motivadas por esta sola, ¿cuánto
vemos?, da la clave de la complejidad de carácter y contenido de la
inteligencia visual. Esa complejidad se refleja en las numerosas maneras que se
emplearán en este libro para indagar la naturaleza de la experiencia visual
mediante exploraciones, análisis y definiciones que desarrollen una metodología
capaz de educar a todo el mundo, potenciando al máximo su capacidad de
creadores y receptores de mensajes visuales; en otras palabras, para hacer de
ellas personas visualmente alfabetizadas. La primera experiencia de aprendizaje
en un niño se realiza a través de la conciencia táctil.
El lenguaje ha ocupado una posición única en el aprendizaje
humano. Ha funcionado como medio de almacenamiento y transmisión de la
información, como vehículo para el intercambio de ideas y como medio para que
la mente humana pudiera contextualizar.
Se considera el lenguaje como un medio de llegar a una forma de
pensamiento superior a los; modos visual y táctil. Pero es preciso someter esta
hipótesis a determinados interrogantes y a ciertas investigaciones. En primer
lugar, el lenguaje y la alfabetidad verbal no son la misma cosa. Ser capaz de
hablar un lenguaje es muy distinto de alcanzar la alfabetidad a través de la
lectura y la escritura, aunque podamos aprender a entender y usar el lenguaje
en ambos niveles operativos. Sólo el lenguaje hablado evoluciona
espontáneamente. Los trabajos lingüísticos de Noam Chomsky indican que la estructura
profunda del lenguaje es biológica mente innata. La alfabetidad verbal, el leer
y el escribir, ha de aprenderse, en cambio, mediante un proceso.
Algunas características de los mensajes visuales Es perfectamente
comprensible la propensión a conectar la estructura verbal con la visual. Una de
las razones es natural. Los datos visuales presentan tres niveles distintivos e
individuales: el input visual que consiste en una miríada de sistemas de
símbolos; el material visual representacional que reconocemos en el entorno y
que es posible reproducir en el dibujo, la pintura, la escultura y el cine; y
la infraestructura abstracta, o forma de todo lo que vemos, ya sea natural o
esté compuesto por efectos intencionados.
Composición: los fundamentos sintácticos de la alfabetidad visual
El proceso de composición es el paso más importante en la
resolución del problema visual. Los resultados de las decisiones compositivas
marcan el propósito y el significado de la declaración visual y tienen fuertes
implicaciones sobre lo que recibe el espectador. En esta etapa vital del
proceso
Creativo, es donde el comunicador visual ejerce el control más
fuerte sobre su trabajo y donde tiene la mayor oportunidad para expresar el
estado de ánimo total que se quiere transmita la obra. Pero el modo visual no
prescribe sistemas estructurales absolutos. ¿Cómo podemos controlar nuestros
complejos medios visuales con cierta certidumbre de que al final habrá un
significado compartido? En el lenguaje, la sintaxis significa la disposición.
Preferencia por el ángulo inferior izquierdo
Aparte de estas influencias debidas a relaciones elementales en el
mapa estructural, la tensión visual puede maximizarse de otras dos maneras: el
ojo favorece la zona inferior izquierda de cualquier campo visual. Representado
esto en forma de diagrama, significa que existe un esquema primario
escudriñamiento del campo que responde a los referentes verticales-horizontales.
Elementos básicos de la comunicación visual
Siempre que se diseña algo, o se hace, boceta y pinta, dibuja,
garabatea, construye, esculpe o gesticula, la sustancia visual de la obra se
extrae de una lista básica de elementos. Y no hay que confundir los elementos
visuales con los materiales de un medio, con la madera, el yeso, la pintura o
la película plástica. Los elementos visuales constituyen la sustancia básica de
lo que vemos y su número es reducido: punto, línea, contorno, dirección, tono,
color, textura, dimensión, escala y movimiento. Aunque sean pocos, son la
materia prima de toda la información visual que está formada por elecciones
y combinaciones selectivas.
El elemento visual de movimiento, como el de la dimensión, está
presente en el modo visual con mucha más frecuencia de lo que se reconoce
explícitamente. Pero el movimiento es probablemente una de las fuerzas visuales
más predominantes en la experiencia humana. A nivel fáctico sólo existe en el
film, la televisión, los encantadores móviles de Alexander Calder y en todo
aquello que se visualiza con algún componente de movimiento, como la maquinaria
o las ventanas. Pero hay técnicas capaces de engañar al ojo; la ilusión de la
textura o la dimensión parece real gracias al uso de una expresión intensa del
detalle como en el caso de la textura, o al uso de perspectiva y luz y sombras
intensas como en el caso de la dimensión.
La sugestión de movimiento en formulaciones visuales estáticas es
más difícil de conseguir sin distorsionar la realidad, pero está implícita en
todo lo que vemos.
Utilizar los componentes visuales básicos como medios para el
conocimiento y la comprensión tanto de categorías completas de los medios
visuales como de trabajos individuales es un método excelente para la
exploración de su éxito potencial y actual en la expresión. Por ejemplo, la
dimensión es un elemento visual en arquitectura y escultura, y en estos medios
es predominante con respecto a otros elementos visuales. La ciencia y el arte
de la perspectiva se desarrollaron durante el Renacimiento para sugerir la
presencia de dimensión en obras visuales bidimensionales como la pintura y el
dibujo. Incluso con ayuda de la técnica de trompe débil aplicada a la
perspectiva, la dimensión en estas formas visuales sólo puede estar implícita,
nunca explícita. Pero en ningún medio se sintetiza la dimensión con más
sutileza y perfección que en el film, sea fijo o en movimiento. Las lentes ven
como ve el ojo, con absoluto detalle, con el pleno apoyo de todos los elementos
visuales
Color: Las representaciones monocromáticas que aceptamos con tanta facilidad en
los medios visuales son sucedáneos tonales del color, de ese mundo cromático
real que es nuestro universo tan ricamente coloreado. Mientras el tono está
relacionado con aspectos de nuestra supervivencia y es, en consecuencia,
esencial para el organismo humano, el color tiene una afinidad más intensa con
las emociones. Podemos comparar el color con el merengue estético del pastel,
muy rico y útil en muchos aspectos, pero en absoluto necesario para la creación
de mensajes visuales. Sin embargo, ésta sería una visión muy superficial del
asunto.
Textura
La textura es el elemento visual que sirve frecuentemente de
«doble» de las cualidades de otro sentido, el tacto. Pero en realidad la textura
Podemos apreciarla y reconocerla ya sea mediante el tacto ya mediante la vista,
o mediante ambos sentidos. Es posible que una textura no tenga ninguna Cualidad
táctil, y sólo las tenga ópticas, como las líneas de una página impresa, el
dibujo de un tejido de punto o las tramas de un croquis. Cuando hay una textura
real, coexisten las cualidades táctiles y ópticas, no como el tono y el color
que se unifican en un valor comparable y uniforme, sino por separado y
específicamente, permitiendo una sensación individual al ojo y a la mano,
aunque proyectemos ambas sensaciones en un significado fuertemente asociativo.
Dimensión
La representación de la dimensión o representación volumétrica en formatos visuales
bidimensionales depende también de la ilusión. La dimensión existe en el mundo
real. No sólo podemos sentirla, sino verla con ayuda de nuestra visión
estereoscópica binocular. Pero en ninguna de las representaciones
bidimensionales de la realidad, sean dibujos, pinturas, fotografías, películas
o emisiones de televisión, existe un volumen real; éste sólo está implícito. La
ilusión se refuerza de muchas maneras, pero el artificio fundamental para
simular la dimensión es la convención técnica de la perspectiva. Los efectos
que produce la perspectiva pueden intensificarse mediante la manipulación tonal
del «claroscuro», énfasis espectacular a base de luces y sombras.
La
anatomía del mensaje visual Expresamos y recibimos mensajes visuales a tres
niveles: representado/Talmente —aquello que vemos y reconocemos desde el
entorno y la experiencia—; abstractamente —cualidad cines tética de un hecho
visual reducido a sus componentes visuales y elementales básicos, realzando los
medios más directos, emocionales y hasta primitivos de confección del mensaje—,
simbólicamente —el vasto universo de sistemas de símbolos codificados que el
hombre ha creado arbitrariamente y al que adscribe un significado—. Todos estos
niveles de obtención de información se solapan y están interconectados, pero es
posible establecer entre ellos las distinciones suficientes para analizarlos,
tanto desde el punto de vista de su valor como táctica en potencia para la
confección de mensajes, como desde el ángulo de su carácter en el proceso de la
visión.
La
abstracción hacia el simbolismo requiere una simplicidad última, la reducción
del detalle visual al mínimo irreductible. Un símbolo, para ser efectivo, no
sólo debe verse y reconocerse sino también recordarse y reproducirse. Por
definición, no puede suponer una gran cantidad de información detallada. Sin
embargo, puede retener algunas cualidades reales del pájaro, como se ilustra en
la figura 4.4. En la figura 4.5, esa misma información visual básica del
contorno del pájaro con la única adición de un ramo de olivo, se convierte en
el símbolo fácilmente reconocible de la paz. En este caso es necesaria cierta
educación en el público para que el mensaje sea claro. Pero cuanto más
abstracto es el símbolo, con mayor intensidad hay que penetrar en la mente del
público para educarla respecto a su significado.
Los
múltiples niveles de expresión visual, entre los que figuran la representacionaldad, la abstracción y el simbolismo, ofrecen opciones tanto de estilo como de
medios para la resolución de los problemas visuales. La abstracción ha ¡do
particularmente asociada a la pintura y la escultura como expresión pictórica
específica del siglo XX. Pero hay muchos formatos visuales que son abstractos
por su propia naturaleza. Una casa, una vivienda, e albergue más sencillo o más
complejo no tiene una forma que proceda en absoluto de la naturaleza. En otras
palabras, no se configura una casa imitando a un árbol, que en algunas circunstancias
puede hacer las veces de albergue; su aspecto responde a su misión; su forma
sigue a su función. Se trata, al nivel más elemental, de un volumen abstracto y
dimensional.
El mundo y sus complejidades a través de nuestra visión y de lo
que los poetas llaman «el ojo de nuestra mente» para pensar visual El papel del
contraste en la visión.
En la alfabetidad visual, la importancia del significado del
contraste comienza en el nivel básico de la visión o no visión a través de la
presencia o ausencia de luz. Por muy bien que funcione el equipo fisiológico de
la vista, los ojos, el sistema nervioso, el cerebro, o por mucho que haya en el
entorno para ver, lo cierto es que, en una oscuridad total, en la práctica,
todos nosotros somos ciegos. El equipamiento humano de la vista tiene aquí una
importancia secundaria; la luz es la fuerza visual clave. En su estado visual
elemental, la luz es tonal, y oscila desde la brillantez (o luminosidad) a la
oscuridad, pasando por una serie de escalones que constituye gradaciones muy
sutiles. En el proceso de la visión dependemos de la observación de la
yuxtaposición interactiva de esas gradaciones de tono para ver objetos.
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